Mientras Europa debate si entra en el conflicto con sus tropas para apoyar a Ucrania, y EEUU y Rusia deshojan la margarita sobre ese presunto acuerdo de paz donde faltan actores, la guerra continúa en el este. De hecho, en la actualidad Ucrania fabrica armas «más rápido y más barato» que cualquier otro lugar de Europa, y eso es un problema para el viejo continente, como ha explicado la primera ministra danesa recientemente. Sin embargo, de todas las actualizaciones que se esperan, ninguna como un “paquete” que llegaría desde Turquía.
Un hito y otro mayor. A comienzos de la semana una brigada de reconocimiento ucraniana publicó un vídeo que mostraba un hecho de lo más relevante en el conflicto: la destrucción de uno de los preciados sistemas de defensa aérea S-350 Vityaz de Rusia en la región de Donetsk. De esta forma, Ucrania golpeaba el primer ejemplo de sistema de defensa aérea terrestre S-350 de Rusia desde el inicio de la invasión. Hablamos de uno de los sistemas de misiles tierra-aire más avanzados de Moscú que solo se ha visto desplegado en raras ocasiones en el conflicto.
Sin embargo, este hito es posible que pase de largo en breve. Incluso la guerra, tal y como se conoce y se libra estos días, podría cambiar por completo. Si hace unas semanas contamos que la contienda había entrado en su fase desquiciada entre drones, y más tarde se dio la primera ofensiva combinada de la historia sin humanos, lo próximo podría ser un ejército de “cazas” entre bandos muy distinto. Desde Turquía parecen haber dado luz verde a esa posibilidad: un primer combate aéreo entre máquinas no pilotadas contra pilotos humanos.
Kizilelma: de qué hablamos. Estamos ante un caza autónomo furtivo desarrollado por Baykar, empresa turca responsable de los drones Bayraktar TB2 y Akinci, que entró en fase de fabricación en serie con la producción inicial de 12 unidades en 2024. Equipado con motores ucranianos AI-322F y AI-25TLT, es el dron supersónico que simboliza la estrecha colaboración entre Turquía y Ucrania, tanto en términos tecnológicos como políticos.
Ahora, después superar todas las pruebas y con la producción en serie en marcha, el caza, el primer autónomo turco de reacción, está listo para entrar en combate. Dicho de otra forma, estaríamos ante una aeronave que se perfila como un potencial game-changer en el conflicto. Su debut en los cielos ucranianos podría marcar un momento histórico: ese primer combate aéreo entre un caza autónomo y un piloto humano, anticipando una transformación radical en la guerra moderna.
Potencia y tecnología de vanguardia. El Kizilelma es un caza autónomo capaz de despegar y aterrizar sin intervención humana y operar desde pistas cortas o pequeños portaaviones sin catapultas, una capacidad que lo diferencia de sus competidores occidentales como el MQ-28 Ghost Bat y el XQ-58 Valkyrie. Su diseño reduce su perfil en el radar, aunque no alcanza la clasificación de avión «invisible».
En términos de potencia de fuego, Kizilelma cuenta con una capacidad de carga de 1.500 kg, inferior a la del MQ-20 Avenger de Estados Unidos (2.900 kg), pero suficiente para llevar municiones guiadas de precisión y misiles aire-aire que le permitirían interceptar cazas tripulados rusos.
Velocidad y rendimiento. El caza se distingue por su velocidad y agilidad, factores clave en combates aéreos. Su versión inicial alcanza una velocidad cercana al Mach 1 (1.100 km/h), superando a cualquier dron convencional. La segunda versión, equipada con un motor ucraniano AI-322F con postquemador, se espera que supere la barrera del sonido, entrando en la categoría de cazas supersónicos.
Su techo de vuelo, de 12.000 metros, es inferior al del Avenger (15.240 metros), pero su diseño y maniobrabilidad lo convierten en una plataforma más flexible para operaciones ofensivas y defensivas, combinando autonomía y velocidad en un solo sistema.
El caza furtivo
Conexión ucraniana. La relación entre Baykar y el Gobierno ucraniano viene de lejos. La empresa turca utiliza motores ucranianos en el Kizilelma y, según Reuters, planea abrir este año una fábrica en Ucrania, la primera fuera de Turquía. Además, la postura de Baykar es abiertamente pro-ucraniana, habiendo rechazado propuestas económicas de otros países a cambio de tecnología militar.
Por tanto, el papel del Kizilelma en el conflicto podría ser crucial. Su despliegue en Ucrania permitiría a Kiev compensar la inferioridad numérica de su flota aérea contra los cazas rusos sin exponer pilotos humanos al peligro. Además, su potencial para realizar combates aéreos autónomos lo convertiría en el arma perfecta para operaciones de desgaste, donde la clave será la inteligencia artificial y el volumen de unidades desplegadas.
Un rival para occidente. A diferencia de otros drones de combate, el Kizilelma es una aeronave diseñada para enfrentar cazas tripulados en combate directo. Lo decíamos antes, mientras que Estados Unidos y China han desarrollado drones avanzados como el MQ-28 Ghost Bat y el Dark Sword, el caza turco ya ha alcanzado la producción en serie, superando a sus competidores en disponibilidad operativa.
La aeronave también tiene la ventaja de ser más accesible en costes que un caza tripulado, lo que lo hace ideal para países que buscan modernizar sus fuerzas aéreas sin depender de cazas extremadamente caros como el famoso F-35. Aunque su precio aún no ha sido revelado, es probable que sea significativamente más barato que sus equivalentes estadounidenses, lo que lo hace sumamente atractivo para la exportación.
El futuro de las contiendas. Ya lo hemos ido contando antes. La guerra de Ucrania se ha convertido en un laboratorio de ofensivas que han cambiado la perspectiva militar en los conflictos. Kizilelma simboliza el futuro de estos conflictos militares dominados, en este caso, por aeronaves autónomas. En un mundo donde los combates aéreos serán definidos por la IA y la cantidad de unidades desplegadas, Turquía parece haber dado un paso adelante al lanzar un caza autónomo con capacidad de combate real y producción en masa. Plus: esa etiqueta supersónica que lo cambiaría todo un poco más..
Qué duda cabe, su llegada a Ucrania podría cambiar la balanza aérea del conflicto. Rusia, que aún depende en gran medida de cazas tripulados y defensas antiaéreas convencionales, se enfrentaría a una nueva amenaza difícil de contrarrestar. Con su velocidad, autonomía y capacidad de combate, el “made in Turquía” parece estar listo para cambiar la guerra moderna.
Imagen | Baykar, Erişim
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La noticia
Un paquete «Made in Turquía» a Ucrania para cambiar la guerra: se llama Kizilelma, es supersónico y no necesita humanos
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Xataka
por
Miguel Jorge
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