Hace poco Tecnocasa publicó un informe en el que le ponía el termómetro al mercado inmobiliario español, un ejercicio teórico que le permitió obtener dos datos reveladores: en solo un año la demanda de vivienda ha crecido de media un 39% en España mientras la oferta emprendía el camino opuesto, replegándose algo más de un 9%. El resultado es un mercado tensionado, en el que los pisos duran solo unas semanas o días (incluso horas) anunciados en las agencias inmobiliarias antes de encontrar inquilino o comprador.
En Valencia ha surgido una idea para paliar ese problema y reforzar su oferta de vivienda pública: permitir que los edificios ganen altura, una fórmula con la que calculan que la ciudad podría ganar más de 70.000 pisos protegidos.
¿Qué ha pasado? Que en Valencia se ha puesto sobre la mesa una idea nueva para reforzar su parque de vivienda. Al menos el de vivienda protegida. Hace unos días los socialistas propusieron en la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento retocar la ordenación local (PGOU) para que los edificios de la ciudad crezcan a lo alto. Literalmente. Su idea es que los bloques puedan subir una o dos plantas su altura.
El plan lo avanzó El País el miércoles, antes de la comisión; pero desde el PSPV reconocen que no obtuvo el respaldo necesario, con lo que al menos de momento se quedará en eso, una idea sobre la mesa para afrontar el problema de la vivienda. «El PP ha rechazado nuestra propuesta», explica la edil socialista Elisa Valía.
¿Qué han planteado? «Elevar en altura los edificios para ganar vivienda pública», resume el PSPV de Valencia. La idea es sencilla: modificar el PGOU para subir uno o dos niveles los bloques de la ciudad. El grupo socialista ya ha hecho cuentas y calcula que si se le añadiese una planta extra a todos los edificios saldrían 86.644 viviendas, un amplio parque residencial repartido además por el municipio.
Como parte de esas construcciones están protegidas por su valor patrimonial o se ubican en barrios de Valencia en los que no se puede ganar altura, el PSPV ha retocado esa cifra inicial, pero el resultado sigue siendo considerable.
«Si restamos un 20% por entender que en los centros históricos y edificios protegidos no se podrá, saldrían 72.220 nuevos pisos, cantidad que se elevaría a 144.440 si se añadieran dos plantas por bloque», explica Valía a El País. Esa (más de 70.000 nuevos pisos) es la cifra de la que presumía esta semana el PSPV en redes, donde reivindicaba que su propuesta «evitaría la expulsión y el desarraigo».
¿Por qué una medida así? El plan del PSPV está centrado en la creación de vivienda protegida (tanto para alquiler como venta) en un territorio que lidia con la escasez de oferta y la subida de precios. En enero la Universitat Politècnica de València (UPV) publicó un informe que ayuda a entender mucho mejor la situación de la capital del Turia: en cinco años los precios de la obra nueva se han disparado cerca de un 80% y la oferta se redujo un 83%. Las cosas tampoco han ido mejor en el mercado del alquiler, que se encareció un 78%.
«Lo que tenemos ante nosotros es un tsunami de dimensiones épicas y todas las administraciones deben actuar de manera coordinada, eficaz y con rapidez», explica el director de la Cátedra del Observatorio de la Vivienda de la UPV tras recordar las previsiones a nivel estatal. «Estimamos que más del 80% de la demanda actual encaja en la Vivienda de Protección Pública, por lo que es estratégica la apuesta decidida para la construcción de este tipo de vivienda».
¿Y cómo quieren hacerlo? La propuesta del PSPV no es del todo nueva y hay otras ciudades en las que se han activado ya soluciones similares, aprovechando el ‘derecho de vuelo’. En Valencia la idea es que sean las propias comunidades de propietarios las que puedan promover el ‘estirón’ hacia arriba de los edificios con una o dos plantas extra. Los pisos resultantes se sumarían al parque de vivienda de protección pública, lo que entre otras cosas permitiría extenderlo hacia «barrios consolidados», señala Valía.
El plan del PSPV contempla además una ventaja extra para las comunidades de vecinos. En una ciudad con un parque inmobiliario envejecido, en la que un porcentaje notable de las viviendas tiene ya más de cuatro décadas, las comunidades de vecinos obtendrían de la edificabilidad extra unos recursos que les permitirían modernizar sus bloques.
¿Hay más casos? Sí, Valencia no es la única que se ha fijado en esa fórmula. En Barcelona se han otorgado licencias para levantar pisos que aumentaron la edificabilidad de edificios ya existentes. En 2017 se calculaba que en solo tres años se habían beneficiado de esa posibilidad (las remontas) una treintena de edificios, con licencias para 120 pisos. Madrid también ha variado con los años la altura máxima de sus edificaciones y Baleares deja otro ejemplo reciente. Palma ya sumaba en septiembre 70 peticiones de edificios para crecer en altura y sumar 589 pisos de precio limitado.
Imágenes | Jonny James (Unsplash)
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La noticia
Valencia afronta un grave problema con la vivienda. Así que alguien ha tenido una idea: construir en más altura
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Carlos Prego
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