La Cómic-Con de Málaga es un hito para la ciudad y para España. Su reto ahora es averiguar qué tipo de evento quiere ser
Málaga tendrá su propia Comic-Con, con la denominación de origen oficial de la que es la convención de cómics en particular y entretenimiento para el fandom en general más famosa e influyente del mundo, la Comic-Con de San Diego. Será la primera vez que la marca sale de Estados Unidos y se celebrará en la ciudad andaluza entre el jueves 25 de septiembre y el domingo 28 de este mismo 2025, según adelanta el diario Sur.
Málaga, qué hermosa eres. La noticia pilló por sorpresa al fandom a principios de semana: tendremos Comic-Con en Málaga, una candidatura que la organización del evento original lleva un año trabajando con la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Málaga. Antes de la aprobación definitiva, una delegación de la Comic-Con examinó espacios, comunicaciones y otras infraestructuras, según medios como La Opinión de Málaga. La intención de esta primera edición fuera de EEUU es la de afianzar la marca Comic-Con a nivel internacional con una sucursal europea, y en principio esta colaboración se prolongará tres años, tras los cuales se considerará renovar el contrato.
La Comic-Con es la Comic-Con. Que la Comic-Con aterrice en España es extraordinario no solo por la propia marca en sí, sino por nuestra tradición de eventos relacionados con cómics, abundantes por toda nuestra geografía y con una identidad particular. Quizás el Saló del Cómic de Barcelona sea el que más se le aproxima por envergadura, aunque se centra exclusivamente en cómics, a diferencia de la Comic-Con.
Otras convenciones en España. Las distintas y fallidas intenciones de hacer algo más próximo a la experiencia norteamericana en Madrid se han saldado con eventos no muy lucidos, como las múltiples mutaciones de la Expocómic. A finales de marzo se celebra la prometedora I Feria del Cómic de Madrid, de ambiciones más divulgativas que comerciales. Y Málaga ha tenido su propia convención, la FreakCon, esta sí más verbenera, y que se celebra en mayo en Torremolinos.
¿Cómics? Una de las primeras dudas que ha suscitado este evento ha sido el de los primeros nombres propios asociados al mismo, que en su mayor parte no son invitados nacionales o internacionales, sino famosos que rara vez se han visto vinculados a la industria. Y sí, aparece el eterno Paco Roca o Carlos Areces y Álex de la Iglesia, aficionados históricos al medio. Pero también aparecen por ahí nombres que poco o nada tienen que ver con la industria, como los directores de cine Joaquín Mazón, Daniel Sánchez Arévalo, Icíar Bollaín o Santiago Segura, aficionado al medio y guionista bajo seudónimo en los noventa del cómic pornográfico ‘Pequeñas y viciosas’. Queda clara la orientación abiertamente pendiente del cine que tiene este evento.
Todo por el turismo. Hay otro aspecto esencial para entender esta Comic-Con que se escapa de los límites más estrictos del cómic: el Palacio de Ferias de Málaga será el centro del evento, pero ya se ha hablado con la organización de ubicaciones satélite en otros espacios de la capital, algunas de ellas al aire libre, para albergar presentaciones, encuentros y espectáculos paralelos. No olvidemos que la oficina de Turismo Andaluz está implicada en la organización, y que existe el sustancioso precedente de los Grammy latinos en Sevilla, que dejaron según Sur un impacto económico cercano a los 50 millones de euros y más de diez mil visitantes. Los visitantes internacionales y la buena infraestructura de la ciudad para transportarlos y alojarlos han hecho mucho para que la candidatura cuaje.
El tema del precio. Lo repentino del anuncio y la extraña terna de invitados para arrancar con los invitados ha hecho levantar las primeras suspicacias de los fans, que orbitan todas en torno al precio del evento. La posibilidad de que traigan a personalidades de renombre internacional y en la cantidad que lo hace San Diego es poco probable, porque el precio se dispararía: recordemos que la Comic-Con ya no solo es un evento de lanzamientos editoriales (como sucede en España con el Saló o la Feria del Libro), sino de anuncios de las grandes productoras: Marvel y Warner dejan algunos de sus bombazos del año para esos días, como sucedió en 2024 con Robert Downey Jr. y su regreso al MCU como el Doctor Doom.
Entrar no es gratis. Ese atractivo no ya para los lectores de cómics, sino para todo tipo de públicos, y para una demografía de alcance internacional, es un problema notable: la entrada para el Saló está en los 10-18 euros, la de la Comic-Con se va a los 80 dólares. Es imposible que aquí mantengamos ese coste si se quiere que la empresa sea rentable, donde el fan español tiene problemas hasta para pagar por un autógrafo, costumbre muy extendida fuera.
Estrellas menores. ¿Está condenada la Comic-Con a presentar solo a estrellas menores o locales para que el precio no se desmande hasta límites que el público español no pagaría (¿cuántos fans estarían dispuestos a desprenderse de cien euros por un selfie con Ryan Reynolds?)? Es una gran posibilidad, salvo que Málaga confíe en que su atractivo turístico (y la fecha: justo cuando el calor veraniego se está esfumando) atraiga a economías con la cartera más resistente. Así que por ahora, las dudas son más que las certezas en torno a la Comic-Con. La principal, como adaptar al fandom español un evento que le debe demasiado, por definición, a las características estadounidenses.
Cabecera | Gage Skidmore
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La noticia
La Cómic-Con de Málaga es un hito para la ciudad y para España. Su reto ahora es averiguar qué tipo de evento quiere ser
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Xataka
por
John Tones
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