«Golpear donde duele»: la UE tiene un arma en la guerra de aranceles con EEUU y es dirigirlos a estados republicanos
La UE responderá a los aranceles de EEUU con la misma moneda. O mejor dicho, con la misma política, aplicando una curiosa Ley del talión que desde Bruselas resumen de forma sencilla pero rotunda: «Euro por euro, dólar por dólar». Tras ver cómo Donald Trump pulsaba el miércoles el botón rojo arancelario, activando tasas del 25% a las importaciones de aluminio y acero europeo, la Comisión Europea ha decidido replicarle aplicando impuestos por valor de 26.000 millones de euros a una larga lista de mercancías estadounidenses.
La cifra (26.000) es contundente, pero lo más interesante es qué esconde. La UE ha decidido «golpear donde duele» a Trump, penalizando productos que en muchos casos salen de grandes caladeros de votos republicanos. El objetivo es evidente: presionar a Trump desde fuera… y desde dentro.
Una palabra: aranceles. A Trump le gustan los aranceles. Lo ha reconocido abiertamente, incluso como candidato a la Casa Blanca, cuando aseguraba que ‘tariff’ es, en su opinión, «la palabra más hermosa del diccionario». En los 50 días escasos que lleva sentado en el Despacho Oval ha repetido ese vocablo unas cuantas veces, muchas. A veces para desdecirse a sí mismo. Otras, como esta semana, para anunciar un giro en la política de EEUU hacia ciertas mercancías extranjeras.
El miércoles el republicano impulso aranceles del 25% a todo el acero y aluminio importado a EEUU, una medida que entronca con otras similares de su primer mandato y que no ha sentado nada bien en Canadá o la UE, que ya han decidido jugar sus propias cartas para responder. En el caso de la UE la Comisión Europea anunció ayer «contramedidas» que básicamente se traducirán en aplicar aranceles por valor de 26.000 millones de euros a ciertas exportaciones de EEUU.
¿Qué planea Bruselas? Usar el palo y la zanahoria. Ayer la presidenta de la CE, Úrsula von der Leyen, insistía en la importancia de las relaciones comerciales entre la UE y USA, el efecto «perjudicial» de los gravámenes y su mano tendida a Washington, pero con las mismas anunciaba los planes de la UE de replicar a Trump con aranceles por valor de 26.000 millones de euros. Es más, ya ha decidido cómo lo hará: la UE asestará el golpe a lo largo de abril, en dos fases.
El 1 de abril reactivará las «contramedidas» que ya había activado entre 2018 y 2020, después de que el primer Gobierno de Trump hubiese incrementado sus tasas también de forma unilateral. Aquel paquete de castigo que quiere recuperar Bruselas se suspendió tras la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca y, según los cálculos de la UE, servirá ahora para responder a un perjuicio económico por valor de 8.000 millones de euros causado por los aranceles de EEUU.
El segundo movimiento de Bruselas llegará a mediados de abril (para ser precisos el día 13) y buscará contrarrestar el daño por valor de otros 18.000 millones de euros que, de nuevo según cálculos de la UE, tendrán los nuevos aranceles de Trump en las exportaciones europeas. Entre unos y otros sumarán 26.000 millones. Que esta última «contramedida» tarde más tiene una explicación: es nueva y antes Bruselas quiere tenerla bien atada con los 27 países de la UE.
¿Eso es todo? No. Von der Leyen argumenta que la UE ha querido ser equitativa en su réplica: «Dado que EEUU aplica aranceles por valor de 28.000 millones de dólares, nosotros respondemos con contramedidas por valor de 26.000 millones de euros», alega. Sin embargo hay algo tan o incluso más importante que esas cifras: a qué se aplican. La CE ha decidido afinar el tiro y dirigir su castigo a ciertas mercancías estadounidenses que pueden resultar sensibles para Trump por una razón muy simple: salen de estados que lo respaldan en las urnas, a él y al partido republicano.
«Golpear donde duele». Un alto funcionario de la UE lo resumía de forma clara (y contundente) ayer en declaraciones a The Guardian: «Intentamos golpear donde duele». En la lista de mercancías estadounidense que tiene en el punto de mira la CE, que se puede consultar online, hay motocicletas, whisky, vino, miel, carne, queso… Una larga nómina de productos en el que algunos expertos han visto ya cierta intencionalidad. Por ejemplo, afecta a productos icónicos, con un valor simbólico, como las motos Harley-Davidson o el bourbon, un wiski con un importante arraigo en EEUU.
La importancia de la soja. La misma fuente que hablaba con The Guardian citaba otro ejemplo claro: la soja, interesante por varias razones. La primera es su peso comercial. Al menos en 2019 EEUU era el principal suministrador de soja de Europa, muy por delante de Brasil, el segundo proveedor. La revista especializada Progressive Farmer, con sede en Alabama, apunta que Europa compra cerca de 6,5 millones de toneladas métricas de exportaciones de soja y harina de soja con un valor de alrededor de 3.000 millones de dólares.
A pesar de ese vínculo la misma fuente de Bruselas aseguraba a The Guardian que para la UE no supondría ningún trauma buscar el suministro en otro mercado. «Nos encanta la soja, pero con gusto la compramos de Brasil, Argentina o cualquier otro lujar», razona. Hace un año la UE ya elevó de forma sensible la cantidad de soja brasileña. El tercer factor que hace de la soja una mercancía sensible para Trump, además de su peso en el flujo comercial con Europa y la posibilidad de comprarla en otros países es dónde se produce en EEUU.
Mirando al partido republicano. La soja es una de las mercancías más relevantes en las exportaciones agrícolas a la UE. Y un estado relevante en el cultivo de la soja estadounidense es Luisiana, un territorio especialmente sensible para el partido de Donald Trump. De allí es el republicano Mike Johnson, el presidente de la Cámara de Representantes.
Luisiana es además uno de los estados que se tiñó de rojo (el color republicano) durante las elecciones presidenciales de 2024, igual que Iowa, Indiana, Misuri, Ohio o las dos Dakotas. Todos tienen en común algo más que haber facilitado el acceso de Trump a la Casa Blanca: destacan también en el mapa de la soja estadounidense.
Aranceles «inteligentes». Algo similar ocurre con el bourbon, especialmente ligada a Tennessee y Kentucky, caladeros tradicionales de voto republicano. El apodo Bluegrass State lleva eligiendo además desde mediados de los 80 al senador Mith McConnell, líder histórico republicano.
La lógica empleada por Bruselas a la hora de diseñar sus «contramedidas» ya ha llevado a algunos a hablar de aranceles “inteligentes”, creados para surtir efecto «dónde duele». Con todo, su efecto se sentirá únicamente en territorio republicano, a priori el que mayor poder de presión puede ejercer sobre Trump. Sin ir más lejos Illinois, un estado tradicionalmente demócrata, tiene también un peso importante en el mapa de la soja estadounidense, y la sede de Harley-Davidson está en Wisconsin, menos definido políticamente.
Imágenes | U.S. Department of Agriculture (Flickr) 1 y 2 y Gage Skidmore (Flickr)
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La noticia
«Golpear donde duele»: la UE tiene un arma en la guerra de aranceles con EEUU y es dirigirlos a estados republicanos
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por
Carlos Prego
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