La sequía y el turismo masivo han agravado la escasez de agua en Baleares. Ahora se va a encomendar a las desaladoras
Durante todo el mes de marzo vamos a tener un temporal caracterizado por un muchas lluvias. Sin embargo, cuando este temporal pase vendrá el buen tiempo y regresará nuevamente la sequía. Ante esta situación, las Islas Baleares, una de las comunidades más afectadas por la escasez de agua, están buscando adelantarse.
Los proyectos. La Conselleria del Mar y del Ciclo del Agua ha anunciado la construcción de tres desaladoras en Mallorca, Menorca e Ibiza. La instalación contará con un presupuesto inicial de 3,5 millones de euros y se espera que estén operativas dentro de cinco años, abasteciendo a más de 60.000 habitantes.
Un grave problema. Actualmente, los embalses en las islas se encuentran al 51% de su capacidad, mostrando el problema hídrico a pesar de las recientes lluvias. Por ese motivo, desde la Conselleria han apuntado que estas nuevas desaladoras son para garantizar el suministro de agua a medio y largo plazo, independientemente de las condiciones meteorológicas.
Sin embargo, esto no es todo, porque existen otras preocupaciones, como la sobreexplotación de los acuíferos que ha generado problemas con la introducción de sales. Además, el archipiélago recibe cada verano una gran cantidad de turismo, lo que dispara la demanda y pone a prueba la capacidad de suministro.
Las futuras desaladoras. El Govern balear ha planificado la construcción de desaladoras financiadas a través de la convocatoria ITS 24-25, con el objetivo de mejorar el suministro de agua en la región. En Mallorca, se priorizará la zona de Llevant, especialmente la franja entre Ses Salines y Artà, así como los municipios del Pla. En Menorca e Ibiza, se atenderán las áreas con mayor déficit hídrico. El proyecto se desarrollará en varias fases con la construcción en 2027 y la puesta en funcionamiento de las instalaciones en 2030.
Pero ya tienen otras… Así es, en las Baleares existen plantas desalinizadoras que ayudan a cubrir la creciente demanda de agua. Actualmente, Abaqua gestiona una red de infraestructuras de abastecimiento y desalación que incluye varias plantas, como las de Mallorca, Menorca e Ibiza. Por poner un ejemplo, las tres plantas desalinizadoras existentes en Ibiza operan al 75 % de su capacidad durante todo el año, y llegan a alcanzar picos del 110 % en más de cinco meses, lo que evidencia la sobrecarga del sistema de abastecimiento.
Inconvenientes. Aunque las desaladoras se han convertido en una alternativa para el uso de agua, presentan una serie de problema. Por un lado, necesitan de un alto consumo energético, por lo que implicaría un aumento del precio del agua a largo plazo. Por otro lado, estas instalaciones pueden tener salmuera, un residuo con alta concentración de sal que puede dañar los ecosistemas marinos.
Así que las Islas Baleares tendrán que seguir confiando en tecnologías como las desaladoras, que a pesar de los problemas mencionados, ofrecen una respuesta a la creciente demanda de agua. No obstante, pueden apostar por la implementación de medidas a largo plazo como la reutilización de aguas residuales u otros métodos dentro de la desalinización.
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La sequía y el turismo masivo han agravado la escasez de agua en Baleares. Ahora se va a encomendar a las desaladoras
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Alba Otero
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