Adelantarnos al Alzheimer es vital a la hora de frenar su avance. Algunas de las pistas más importantes están en el lenguaje

Adelantarnos al Alzheimer es vital a la hora de frenar su avance. Algunas de las pistas más importantes están en el lenguaje

El Alzheimer es uno de los varios trastornos causantes de demencia en la tercera edad. También es la más frecuente: en España se estima que en 2019 había unas 800.000 personas padecen la enfermedad, según datos Sociedad Española de Neurología. A nivel global las estimaciones sugieren que más de 30 millones de personas conviven con ella.

Uno de los retos con los que tienen que enfrentarse pacientes, familiares y profesionales de la salud es el diagnóstico del Alzheimer. De un diagnóstico temprano depende mucha de nuestra capacidad de reacción para afrontar los síntomas de esta enfermedad por ahora incurable.

Hemos avanzado mucho en el diagnóstico de este trastorno. Tanto que una de nuestras principales herramientas de diagnóstico es el descarte, es decir, descartar que el deterioro cognitivo detectado en una persona sea causado por otras formas de demencia, como por ejemplo el Parkinson. Por fortuna, no es la única herramienta a nuestra disposición.

Otro pilar del diagnóstico son los test de capacidades. Los especialistas pueden recurrir a pruebas que les permitan evaluar nuestras capacidades cognitivas y nuestra memoria. En este contexto, también pueden realizarse entrevistas a los allegados que ayuden a evaluar al paciente.

Las imágenes por escáner, tanto resonancias magnéticas, como tomografías computerizadas o por emisión de positrones, pueden dar también pistas. Por una parte pueden ayudar en la labor de descarte de otras patologías, pero también pueden ayudar a detectar la presencia de las placas amiloides vinculadas a la enfermedad.

Hasta hace relativamente poco tiempo, la confirmación del diagnóstico de Alzheimer tan solo podía hacerse tras la muerte del paciente, examinando su cerebro. Las técnicas de diagnósitico conremporáneas pueden ofrecernos ya un grado de certeza comparable. En parte gracias a la última de las herramientas a disposición de los expertos, los biomarcadores.

Recabando pistas

El diagnóstico de esta enfermedad solo pueden realizarlo los expertos en la materia, pero a veces es importante estar atentos a las pistas que nos indican que in familiar o allegado pueda estar desarrollando la enfermedad. Pistas que nos pueden avisar de que ha llegado el momento de solicitar ayuda a profesionales de la salud.

En un artículo reciente en The Conversation, Sarah Curtis, experta en lenguaje de la Universidad Nottingham Trent, enumeraba algunas pistas perceptibles a través de cambios en el habla de las personas que están desarrollando esta enfermedad.

El primero de estos indicios es la aparición de pausas y dudas en el habla, acompañadas de cierta vaguedad a la hora de expresarse. Es decir, la persona puede tener dificultades para encontrar la palabra que desea emplear y acaba tratando de sortear este obstáculo recurriendo a palabras baúl como “cosa” o describiendo el objeto vagamente.

Otro indicio temprano del Alzheimer está en la confusión a la hora de utilizar palabras. Estas confusiones pueden ser casi imperceptibles al comienzo puesto que pueden empezar con palabras que aluden a categorías más generales, como emplear “animal” en lugar de “perro”. Son más perceptibles si la sustitución es por otro concepto en el campo semántico, como utilizar “gato”.

Otra pista enumerada por Curtis es el paso de los hechos a las palabras. Las personas con Alzheimer pueden tener dificultades a la hora de completar determinadas actividades, lo que resultará en esta persona hablando de la actividad, de las emociones que le suscita o incluso expresando dudas o añoranza respecto a su capacidad de completar la acción.

La pérdida de memoria puede cebarse con la variedad léxica de la persona que padece Alzheimer. Es por eso que esta enfermedad puede comenzar manifestándose con un vocabulario cada vez más reducido y una tendencia mayor a repetir palabras.

El quinto y último de los indicios mencionados por Curtis en su lista, tiene que ver con la precisión a la hora de elegir las palabras. Una persona que desarrolla Alzheimer puede tener dificultades para enumerar palabras diversas en una misma categoría, como distintos animales, alimentos o palabras que empiecen por una letra en concreto. Es por esto que los tests empleados en su diagnóstico piden a menudo a las personas que realicen este tipo de enumeraciones.

Mucha gente podrá leer alguno de estos indicios y pensar “esto a mí también me pasa”. Y es que las confusiones de este tipo son normales. Es habitual que se nos trabe la lengua en infinidad de contextos. Por eso es importante atender a los cambios en el habla y no simplemente a la existencia de confusiones o dificultades.

El Alzheimer es una enfermedad que no aparece de la nada sino que va poco a poco agravándose y generalmente no es detectable en sus primeras etapas. Es por eso que resulte a menudo de vital importancia atender a sus primeros síntomas. Más aún si tenemos en cuenta que algunos de los tratamientos son solo efectivos retrasando la enfermedad en estas primeras etapas.

En Xataka | Tenemos una nueva «teoría del todo» para comprender el Alzheimer. Su clave está en unos pequeños gránulos

Imagen | Jiun-Je Lin


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Adelantarnos al Alzheimer es vital a la hora de frenar su avance. Algunas de las pistas más importantes están en el lenguaje

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por
Pablo Martínez-Juarez

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– ¡Hola! Soy Nicolás Jiménez Silva, un apasionado por el mundo digital, el cine, el streaming, la tecnología y la ciencia. En este blog, exploro mis intereses, comparto mis opiniones y descubrimientos, y me sumerjo en las últimas tendencias. ¡Espero que disfrutes de la lectura!

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