Lo que no han logrado plagas lo puede conseguir Elon Musk: convertir un despido masivo en una amenaza sanitaria para EEUU
Contaba hace varias semanas Elon Musk que su departamento de eficiencia (DOGE) cuenta con una ventaja sobre el resto: trabajan 120 horas a la semana. Por increíble que resulten sus palabras, los hechos parecen darle la razón, porque las extenuantes jornadas laborales han llevado a más de un alarmante error de cálculo entre despidos masivos y desmantelamiento de programas clave. El último: largar a tanta gente que los controles sanitarios del país se han debilitado.
Errores administrativos. Lo contaba Wired en un reportaje donde hacía balance desde la creación de la oficina DOGE. En apenas unas semanas, sus acciones habían incluido la publicación de información clasificada por accidente, el despido y recontratación desesperada de expertos en seguridad nuclear, o la inflación errónea de «ahorros» gubernamentales en 7.992 millones de dólares.
Para el medio, los fallos reflejan una combinación de arrogancia tecnológica y desconocimiento absoluto del funcionamiento del gobierno, con consecuencias potencialmente catastróficas.
Riesgos en la seguridad alimentaria. DOGE ha implementado una purga sin precedentes dentro de varias agencias gubernamentales, pero pocos despidos reflejan el clima de caos como el del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), una tijera tan excesiva que ha desencadenado una crisis en la seguridad alimentaria y el comercio, dejando al país vulnerable ante especies invasoras y el encarecimiento de los alimentos.
¿La razón? Con la eliminación de 6.000 empleos en febrero, el USDA perdió una parte significativa de su personal altamente capacitado, incluidos inspectores, biólogos y entrenadores de perros detectores que protegían la agricultura estadounidense de plagas y enfermedades zoonóticas.
De hecho, Derek Copeland, ex entrenador del National Dog Detection Training Center, alertó que la reducción de personal afecta la capacidad de detección de amenazas como el caracol gigante africano o el escarabajo asiático de cuernos largos, lo que podría tener consecuencias devastadoras para cultivos y ecosistemas locales.
Golpe a la inspección y la bioseguridad. Hay más. Las unidades de Protección y Cuarentena Vegetal han sido de las más afectadas, con la pérdida de cientos de inspectores, lo que ha reducido significativamente los controles sobre las importaciones agrícolas. Según los expertos, esta falta de personal ha convertido las inspecciones en un proceso caótico y desorganizado, especialmente en puertos clave como Los Ángeles y Miami, que han visto reducciones del 35% en su personal de cuarentena y hasta un 60% en su equipo de detección de contrabando.
Esto, a su vez, ha generado retrasos en el procesamiento de mercancías, lo que podría traducirse en un aumento de precios en los supermercados y un desperdicio masivo de alimentos que se echan a perder mientras esperan ser inspeccionados.
Impacto en la economía y el comercio. El daño no se limita a la seguridad agrícola. Mike Lahar, gerente de asuntos regulatorios en la firma de corretaje aduanero Deringer, advirtía que la falta de inspecciones puede permitir la entrada de plagas y enfermedades devastadoras, con impactos económicos y de seguridad nacional.
No es un tema baladí. Un solo error en la detección de una plaga podría diezmar cultivos enteros, lo que afectaría no solo a los agricultores sino a toda la cadena de suministro alimentaria. Además, la acumulación de contenedores sin inspección está afectando otros sectores industriales, pues los envíos están quedando varados, reduciendo la disponibilidad de bienes esenciales y elevando costes para consumidores y empresas.
Incertidumbre legal. El gobierno de Trump ha defendido los recortes como una medida de eficiencia, pero las repercusiones han generado alarma. Senadores republicanos, como Joni Ernst, previamente apoyaron el programa de detección de plagas con perros, pero han evitado pronunciarse sobre los despidos.
Dos jueces federales han ordenado la reinstalación de empleados despedidos, pero la Casa Blanca ha calificado estas decisiones como “absurdas e inconstitucionales,” dejando a miles de trabajadores en la incertidumbre. Mientras tanto, el USDA ha anunciado una pausa de 45 días en los despidos, pero sin garantías de recontratación para los afectados.
Colapso en la seguridad agroalimentaria. Si la crisis persiste, los expertos advierten sobre un posible escenario similar al de la pandemia, con escasez de ciertos productos y una inflación en alimentos impulsada por la falta de control en los puertos.
A este respecto, Joe Hudicka, veterano de la industria de la cadena de suministro, anticipa que las grandes ciudades y supermercados podrán absorber mejor el impacto, pero las comunidades rurales y pequeños negocios serán los más afectados. Por su parte, Kit Johnson, director de cumplimiento comercial en John S. James, advierte que la reducción de inspecciones podría derivar en una catástrofe agrícola si especies invasoras logran establecerse sin ser detectadas.
¿Privatización encubierta? Contaba Wired que los expertos deslizan dos hipótesis para tratar de explicar el desastre provocado por DOGE. La primera es que la iniciativa nunca tuvo la intención de hacer más eficiente el gobierno, sino simplemente desmantelar las agencias para allanar el camino a la privatización y obtener acceso a datos gubernamentales sensibles. Bajo esta lógica, la eliminación de regulaciones y el caos administrativo favorecerían la intervención de empresas privadas en sectores clave como defensa, agricultura y seguridad.
La segunda hipótesis es que Musk y su equipo realmente creen en su misión, pero carecen por completo de las habilidades para ejecutarla, replicando esa arrogancia que se le presupone a Silicon Valley al asumir que la capacidad de construir software se traduce en competencia para manejar el aparato gubernamental. Dicho de otra forma: Musk puede ser un genio en ciertos ámbitos, pero su desempeño como «CEO de facto» del gobierno se acerca cada vez más a un fracaso.
Consecuencias. Así las cosas, la destrucción provocada por DOGE no solo afecta la eficiencia gubernamental, sino que puede tener implicaciones económicas y geopolíticas a largo plazo. La purga de miles de empleados ha disparado el desempleo y generada inestabilidad en sectores clave, lo que podría tener efectos recesivos en la economía.
La decisión de desmantelar áreas críticas como las del USDA han debilitado parcelas clave como la seguridad alimentaria y la protección agropecuaria de la nación en un momento en que la cadena de suministro ya enfrenta desafíos como la gripe aviar y las disputas comerciales con China. Mientras tanto, a medida que los puertos comienzan a sentir los efectos de la falta de inspecciones, la preocupación crece entre agricultores, comerciantes y consumidores. Si no se revierte la situación, el país podría enfrentar una crisis agrícola sin precedentes.
Imagen | Gage Skidmore, U.S. Department
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Lo que no han logrado plagas lo puede conseguir Elon Musk: convertir un despido masivo en una amenaza sanitaria para EEUU
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Xataka
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Miguel Jorge
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