Europa quiere complicar las cosas a China pero España tiene otros planes: ir por libre para atraer las fábricas de MG y BYD
El coche eléctrico es una olla a presión. Una que tiene guarda un montón de garbanzos y que deja entrever cómo los que antes estaban bien juntitos ahora que ha subido la temperatura saltan de un lado para otro.
Los garbanzos son, por supuesto, los países de la Unión Europea. En su día formaron filas para levantar aranceles contra los coches eléctricos (primero en forma de derechos compensatorios). La mayoría parecía mostrarse a favor y sólo Alemania proponía una alternativa que no pasara por encarecer sus coches. Tanto los chinos como los de fabricantes alemanes que producen en China.
Poco a poco, la olla fue tomando calor y la presión aumentó. En el interior, esos garbanzos que parecían ir todos a una empezaban a removerse y a mostrar su incomodidad. Cada vez más países empezaron a suavizar sus posturas con los aranceles y a arrimarse a Alemania que ya pasaba de la abstención a la negativa.
Pero el fuego ya había arrancado y el guiso había echado a andar. No había manera de pararlo. Los garbanzos saltaron por los aires y cada uno tomó las posiciones que más le interesaron. España, en un giro de 180º grados, pasó de apoyar los aranceles a abstenerse en la votación. Un ejercicio estético, esto último, porque antes en una visita a China, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez, ya había alabado los coches eléctricos chinos y se había mostrado receptivo con el país asiático.
Ahora, con una nueva fábrica de BYD encima de la mesa, el cambio de postura gana más importancia que nunca.
Europa y España, por caminos diferentes
La expansión de BYD está siendo uno de los temas candentes en la actualidad del automóvil europeo. Tanto por la fábrica que está por llegar como la que ya tiene en marcha. Por orden.
Europa pone las cosas difíciles…
Aunque Europa levantó aranceles al coche eléctrico chino, mantuvo la puerta abierta a sus inversiones y se entiende que no imponer nuevos gravámenes a los vehículos movidos con motores de combustión (incluidos los híbridos enchufables) era una mano tendida a China.
Las marcas chinas no tardaron en tomar la iniciativa con la búsqueda de suelo en Europa para fabricar sus coches… más o menos. BYD confirmó una planta en Hungría y más tarde en Turquía, ya que el país tiene un acuerdo comercial con la Unión Europea que debería permitirle exportar dentro de sus fronteras los coches sin pagar aranceles por ellos.
Otra propuesta fue la del Grupo Chery, que se ha hecho con las instalaciones de Nissan en Barcelona para producir coches que, en realidad, llegan en kits desde China y aquí solo se terminan de montar. Tanto esta opción como la de Turquía están en el punto de mira de la Comisión Europea que ya avisó que se necesitarían inversiones más potentes para librarse de la traba económica.
Pero, además, la Comisión Europea parece dispuesta a ponerle las cosas más complicadas a los fabricantes chinos. Financial Times explica que se está estudiando si la planta de BYD en Hungría se está construyendo con subsidios ilegales del Estado chino.
La Comisión Europea estudia castigar a BYD por el ínfimo valor generado pese a levantar una fábrica en Hungría
De confirmarse, el diario económico señala que la Comisión Europea podría obligar a la compañía china «a vender algunos activos, reducir la capacidad, reembolsar el subsidio y potencialmente pagar una multa por incumplimiento«. Lo que sostienen en el corazón de la Unión Europea es que la fábrica se ha construido con mano de obra china y solo utiliza piezas chinas, tanto para las baterías como para sus coches, creando muy poco valor.
La cuestión es delicada porque el Gobierno de Hungría, liderado por Viktor Orbán, forma parte de los euroescépticos y es uno de los mayores críticos de la Unión Europea. Además, se ha mostrado muy cercano a Pekín, lo que parece esencial para que la compañía haya invertido 4.000 millones de euros en suelo húngaro en una fábrica que puede emplear a 10.000 personas.
Y hay que añadir que la situación de Hungría dentro de la Unión Europea es clave porque le permite acceder una mano de obra más barata pero sin complicar la distribución de los coches en su reparto europeo.
… y España va por libre
Como decíamos, uno de esos garbanzos que empezó removiéndose y acabó saltando por los aires buscando su propio destino era España.
Nuestro país se jugaba las exportaciones del cerdo ibérico que tienen al mercado chino como esencial para cuadrar las cuentas a final de año. Pero también ingentes cantidades de dinero. Para empezar, la llegada del Grupo Chery a Barcelona.
Después, las inversiones se han ido materializando. Primero con la llegada de empresas a los puertos clave españoles pero, sobre todo, con la inversión de 7.000 millones de euros que CATL llevará a cabo en Aragón junto a Stellantis para nutrir de baterías a los coches eléctricos de pequeño tamaño que el grupo automovilístico producirá en Zaragoza.
«El cambio de posición del presidente Sánchez con los vehículos eléctricos ha sido muy importante. Ha sido muy apreciado por las empresas chinas y lo agradecemos con 10.000 millones de inversiones en España«. Las palabras son de Yao Jing, embajador chino en España ante un grupo de periodistas, recogen en El Mundo.
Esos 10.000 millones de euros están formados por los 7.000 millones de euros de CATL pero también por los 3.000 millones de euros que espera invertir Envision y Hygreen Energy en el sur del país, aunque estos dos últimos proyectos todavía tienen que salir adelante.
Envision ya se comprometió a invertir alrededor de 3.800 millones de euros en España en 2022. El grueso se lo llevaría una fábrica de baterías en Navalmoral de la Mata (Cáceres) con 2.500 millones de euros de inversión. El resto se repartiría por Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y Navas del Marqués (Ávila) en proyectos para la producción de energía renovable y su almacenamiento.
El año pasado, tras la visita de Pedro Sánchez a China, se confirmó la inversión de otros 900 millones de euros en inversión de electrolizadores con el dinero de Hygreen Energy.
Pero las cordiales relaciones entre China y España siguen adelante porque todavía hay proyectos muy jugosos flotando sobre el continente europeo. «Estamos proponiendo más proyectos económicos con España», afirmó en su contacto con periodistas Yao Jing.
Los proyectos en los que se piensa es una planta de MG en Europa. La compañía antaño británica es propiedad del grupo chino SAIC, el segundo más grande del país después de que BYD les adelantara el año pasado. Pero MG es la empresa china a la que mejor le está yendo en Europa con sus coches de combustión baratos y un MG4 Electric que también es una de las opciones más asequibles en la relación autonomía/precio.
La propia marca ha llegado a afirmar que España es uno de los países mejor situados en la lista de candidatos, recogía El Español. Dados los bajos precios de la energía y una mano de obra más competitiva que la de Francia o Alemania. Esto último, además, es lo que se quiere hacer valer para atraer la tercera planta que BYD tiene proyectada para Europa.
La compañía china reconoció hace solo unos días que Alemania era uno de los países favoritos (incluso se ha rumoreado que pueden comprar instalaciones de Volkswagen) pero lo altos costes productivos pueden ser un freno. Lo que sí tienen claro es que Italia ha quedado descartada por un motivo muy simple: apoyaron los aranceles a los coches eléctricos, recogen en Motorpasión.
¿Tenemos claro quiénes dejaron de apoyarlos para acercarse al Gobierno chino?
Efectivamente, España está jugando un enfoque pragmático que le ha valido para asegurarse 10.000 millones de euros en inversiones y, como poco, ser aspirante a la construcción de otras dos plantas de vehículos chinos.
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Europa quiere complicar las cosas a China pero España tiene otros planes: ir por libre para atraer las fábricas de MG y BYD
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Alberto de la Torre
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