Cada semana, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publica el precio del aceite en origen y el último boletín está lleno de buenas noticias. El precio del ‘oro líquido’ antes de llegar a embotelladores, distribuidores y supermercados ha vuelto a los niveles previos al ‘boom’ de los últimos años.
Ahora queda lo más difícil: que esto llegue a los supermercados.
¿Cuándo empezó a subir el precio del aceite? En realidad, el precio del aceite empezó a subir de forma errática desde el comienzo de la guerra de Ucrania. La explicación es sencilla: Ucrania era uno de los mayores productores de aceites vegetales del mundo. En cuanto empezaron los problemas, los fabricantes de todo el mundo acudieron a otros tipos de aceites y eso elevó el precio del aceite (impulsado también por el encarecimiento de la energía, los fertilizantes y oros insumos agrícolas).
Era, no obstante, un incremento de precios coyuntural.
Sin embargo, como señalaba Cristina G. Bolinches en elDiario.es, la situación empezó a complicarse en otoño de 2022, cuando el mismo Ministerio de Agricultura avisó que la cosecha iba a ser anormalmente baja. Desde ese momento, una montaña rusa de subidas y bajadas que ahora, por fin, llega a su término.
¿De qué precio hablamos? Según el Ministerio, a 16 de marzo, los 100 kilos de aceite en origen estaban en 406,04 euros. Un poco (muy poco) por encima del umbral tradicional de rentabilidad del olivo de secano. Antes de la guerra, el precio llegó a ser más bajo, pero a esto tendríamos que descontarle la inflacción y la subida de costos. Además, la tendencia (aunque ralentizada) sigue siendo positiva.
En Italia, por ejemplo, el precio aún sigue por las nubes.
El precio en los supermercados. En los lineales de las tiendas el precio también ha bajado. Sobre todo, si tomamos como referencia los 12 euros por litro de aceite virgen de oliva extra que se llegó a pedir en los peores momentos de 2024. Ahora mismo, se puede encontrar el litro (en marcas blancas) a 5,80 euros, según explicaba Bolinches.
El problema es que en octubre de 2022, justo cuando el precio del aceite en origen estaba a estos precios, el litro se podía encontrar a 3,2 euros por litro.
Cohetes y plumas. Es, no obstante, un fenómeno bien conocido en otros bienes. Cuando el barril de Brent sube de precio, los carburantes experimentan un crecimiento fuerte y casi inmediato. En cambio, cuando baja, los precios caen de forma mucho más moderada.
En el caso del aceite, además, es lógico. Basta recordar que el mayor distribuidor del mundo, Deoleo, perdió 34 millones de euros solo en 2023. Todo aquella entidad que tenga algo de poder en el mercado va a intentar suavizar la caída de los precios para cuadrar las cuentas a final de mes.
En este sentido, la caída en origen evidencia que los productores siguen siendo la pata más débil de todo el entramado. Tras años caminando en la cuerda floja, necesitan ingresos para mantenerse vivos. Sobre todo, en un entorno en el que los precios pueden caer aún mucho más.
¿Cuándo volverá la ‘normalidad’ al supermercado? A priori, es cuestión de tiempo. Las lluvias del mes de marzo auguran buenas condiciones de cara a la próxima cosecha. Es cierto que aún puede torcerse todo, pero es el estímulo que necesitaba el mercado para asumir que no tienen mucho tiempo.
Eso sí, los meses de marzo se están volviendo más húmedos y eso tiene implicaciones a largo plazo. Habrá que ver cómo afecta todos estos cambios climáticos al mar de olivos y, por extensión, a nuestra dieta. Por ahora, todo parece indicar que el sector se está poniendo interesante.
Imagen | Fulvio Ciccolo | Eduardo Soares
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La noticia
El precio del aceite de oliva en origen ha vuelto a la «normalidad». Lo que todo el mundo se pregunta es qué pasa con los supermercados
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Jiménez
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