En plena guerra arancelaria con EEUU, México ha tenido una idea: fabricar sus propios coches eléctricos «baratos»

En plena guerra arancelaria con EEUU, México ha tenido una idea: fabricar sus propios coches eléctricos "baratos"

Donald Trump prometió muchas cosas durante su campaña electoral. Poner patas arriba los proyectos de energías renovables del país, dar un vuelco a la apuesta por los coches eléctricos por parte de las instituciones gubernamentales, aranceles para… prácticamente todos y arrancar la industria automotriz mexicana para devolverla a Estados Unidos. La respuesta de México es Olinia, la primera marca nacional de coches eléctricos baratos con precios que parten de los 4.800 euros al cambio.

Ya están buscando la planta ideal para convertirla en una realidad, pero hay un problema: es un proyecto ambicioso y el camino no será nada sencillo.

Repatriando que es gerundio. Durante la campaña electoral, el magnate y presidente estadounidense volvió a dejar claro que una de sus principales políticas durante su segundo mandato giraría en torno al proteccionismo. El presidente destacó que “se ha acabado” la época en la que las empresas se implantaban en otros países, provocando desempleo en Estados Unidos.

Es algo que atañe a varias industrias, siendo la automotriz una de las que más notará el efecto de esas políticas y a la que Trump ha aludido directamente. “No quiero autos fabricados en Canadá. No quiero autos fabricados en México. Lo han estado haciendo bien, pero ahora deseo que las automotrices fabriquen aquí”, comentó el presidente, continuando con esa promesa de devolver el momento dorado en la producción automotriz que vivió el país hace unas décadas.

Aranceles. La forma de hacerlo es mediante aranceles. La idea del presidente es que, mediante esos aranceles del 25% a productos importados de México o Canadá, los fabricantes se replanteen la fabricación fuera del territorio estadounidense. Algo que tendrán que aclarar es cómo aplican esos aranceles, ya que, como expone The New York Times, hay coches que se ensamblan en México o Canadá, pero la mayoría de sus componentes son fabricados en Estados Unidos.

También hay casos contrarios, con la mayoría de piezas fabricadas fuera de sus fronteras, pero con el vehículo final ensamblado en territorio estadounidense. El Toyota RAV4 es un ejemplo de lo primero mientras el Nissan Rogue entra dentro del segundo escenario.

Más allá de las estadounidenses. Y es lógico pensar que empresas estadounidenses como Ford (que opera tres plantas en México y exporta decenas de miles de coches cada año a Estados Unidos) o General Motors (más de 750.000 vehículos producidos en Canadá y México fueron a parar a EEUU en 2024) serían las más interesadas, pero realmente los aranceles van a afectar a todas las empresas.

BMW, Honda, Mazda, Kia, Nissan, el grupo Stellantis, Toyota, Audi o Volkswagen tienen sus principales plantas de la región en México, donde emplean a miles de personas y donde producen cientos de miles de unidades que van a parar al mercado estadounidense. Y esto no es teoría: ya se están viendo casos de compañías no estadounidenses moviéndose por temor a los aranceles.

Consecuencias. Por ejemplo, Honda ha decidido producir su nuevo Civic Híbrido en Indiana en lugar de en México. Hyundai también acaba de anunciar una inversión de 21.000 millones de dólares en cuatro años en Estados Unidos, incluyendo una planta de acero de 5.800 millones de dólares en Luisiana. Y no podría estar más claro: “todos estos esfuerzos acelerarán la localización de nuestra cadena de suministro en EEUU, expandirán nuestras operaciones y aumentarán nuestra fuerza laboral estadounidense”, afirmaron desde la marca. También comentaron que la planta crearía 1.300 empleos.

Como leemos en EFE, Trump no dudó en felicitarse tras estas decisiones de dos de las mayores empresas del sector. “Esta inversión demuestra claramente que los aranceles funcionan de maravilla. Hyundai producirá acero en Estados Unidos y fabricará sus coches en este país, por lo que no tendrá que pagar aranceles. Ya sabéis: no hay aranceles si se fabrican los productos en Estados Unidos”, comentó.

Olinia 2

Olinia. ¿Tiene EEUU la infraestructura para producir esos cientos de miles de coches? Es algo que el tiempo dirá, pero ante la posible desbandada de compañías, México ya tiene un plan. Olinia, en el idioma náhuatl, significa “para moverse”, y es el nombre del proyecto de coche eléctrico que el Gobierno de Claudia Sheinbaum presentó hace unas semanas.

Roberto Capuano es el coordinador del proyecto y, como comentó durante el debut del proyecto, Olinia supondrá el lanzamiento de tres vehículos de cara a 2030:

  • Uno pequeño para la movilidad personal de jóvenes y madres que llevan a sus hijos a la escuela, como una alternativa a la compra de una motocicleta.
  • Uno para la movilidad en el barrio.
  • Uno para empresas de reparto de mercancía de última milla.

El objetivo es que sean coches eléctricos asequibles, con precios de entre 90.000 y 150.000 pesos dependiendo del modelo (entre 4.800 y 8.000 euros), con planes de financiación atractivos para que “la movilidad eléctrica esté al alcance de todos los mexicanos y mexicanas”.

El desafío del litio. Olinia es la consagración de aquel comentario que la propia Sheinbaum ya hizo en octubre de 2024 cuando Tesla alejó su nueva gigafactoría de tierras mexicanas, pero el problema es que no será tan sencillo fabricar un coche eléctrico 100% made in México. El medio Rest of World pudo hablar con un gerente de servicio local de Tesla que ha pedido permanecer en el anonimato, pero que ha dejado algunas ideas interesantes sobre la mesa.

Si bien comenta que producir un coche así es un concepto interesante, afirmó que el proyecto Olinia es tan ambicioso que representará dificultades técnicas, económicas y logísticas. Ahora producen más de tres millones de coches al año, siendo un 80% para Estados Unidos, pero una cosa es que las fábricas sean de otros… y otra muy distinta que seas tú quien tiene el control de todos los componentes de un coche.

El presupuesto para tecnología, ciencia e innovación es el más pequeño desde 2008, la infraestructura de carga pública es deficiente (estando la mayor parte de la misma en residencias privadas) y hay un problema aún mayor: aunque México tiene importantes reservas de litio, componente crucial para producir las baterías, no lo produce a escala industrial.

Relación complicada con China. Son demasiados problemas debido a que ese litio mexicano está adherido a la arcilla, lo que complica el proceso de obtención. Además, esa fuente anónima considera que la meta de 2030 es muy optimista y que, para alcanzar la producción en masa, necesitarían cinco años más. Pero bueno, siempre pueden importar litio de Chile, Argentina o Bolivia, países que concentran entre el 50% y el 60% de las reservas a nivel mundial, o apoyarse en acuerdos con empresas chinas.

El inconveniente es que, si bien hace unos meses la relación entre China y México parecía idílica, ahora no está tan claro. BYD es un ejemplo de ello, ya que se postulaba como una de las grandes empresas que empezarían a apostar por México como mercado objetivo para sus coches eléctricos, pero los temores de espionaje estadounidense parecen haber provocado que la propia China frente los planes de la compañía. Y no está demasiado claro qué ocurrirá.

Pisando el acelerador. Pese a todo, Olinia parece una prioridad para el actual Gobierno, quienes ya se están moviendo para ver dónde se pueden establecer las plantas para producir los vehículos. Carlos Escorza es el secretario de Desarrollo Económico de México y, como leemos en Milenio, los desarrolladores del proyecto visitarán las fábricas automotrices de Ciudad Sahagún para analizar si es viable instalar una planta en el municipio.

Porque la intención es tener varias plantas repartidas por diferentes estados para reducir los costos. La de Ciudad Sahagún podría ser una realidad junto a otras como la que se espera que se instale en Hidalgo. Candidatas parece que no van a faltar, ya que empresas como JAC ya han mostrado interés por ser una de las que participen en Olinia. Experiencia no les falta, desde luego, con modelos como el E10X 100% eléctrico (eso sí, muy alejado del precio que el Gobierno quiere para los coches de Olinia).

Aranceles van, aranceles vienen. Al final, todo forma parte de lo mismo: la guerra arancelaria de Estados Unidos con sus vecinos, entre otros. Trump ya ha dejado claro que el 2 de abril será el “Día de la Liberación de Estados Unidos”, argumentando que todos los países del mundo los han estafado durante años y que ha sido una situación injusta que ahora se cobrarán en forma de aranceles.

Y ese posible escenario en el que las empresas que operan en México se muden a Estados Unidos puede provocar un socavón industrial importante en el país latinoamericano debido a una falta de inversión y, por tanto, acarreando la pérdida de miles de puestos de trabajo. Como leemos en CNN México, Sheinbaum ya ha comentado que hay que esperar a esa fecha para ver qué aranceles les imponen y si responden de forma recíproca a Estados Unidos… o no.

Veremos cómo se desarrolla la historia y qué rumbo toma el proyecto Olinia de un Gobierno cuya próxima patata caliente no será la producción de coches a nivel local, sino ese 2 de abril.

Imágenes | Gobierno de México, RuinDig/Yuki Uchida

En Xataka | China tiene un arma para burlar los aranceles y proteger los secretos de sus coches eléctricos: kits de quita y pon


La noticia

En plena guerra arancelaria con EEUU, México ha tenido una idea: fabricar sus propios coches eléctricos «baratos»

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Xataka

por
Alejandro Alcolea

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