Ucrania está capturando los drones de Rusia gracias a un escudo inesperado: las redes de pesca de un pueblo de Dinamarca
De la gran cantidad de imágenes que reflejaron el caos y la desorganización que originó el Brexit, pocas como la que se dio una mañana de 2020. La mayoría de las televisiones abrían con un plano aéreo que se iba acercando, revelando lo que en realidad era una hilera monstruosa de camiones detenidos durante días. Se consumaba el divorcio entre la UE y Reino Unido y la pesca iba a ser uno de los grandes damnificados. Con el tiempo la industria se ha transformado, y en un pueblo de Dinamarca le han dado la vuelta por completo.
El jardinero y una red inesperada. Carl Futtrup, un jardinero de 53 años de Dinamarca sin vínculos con el mundo militar, se ha convertido en una pieza clave en el esfuerzo de defensa de Ucrania al responder a una inusual petición desde el frente: redes de pesca industriales capaces de detener drones explosivos rusos. Tras conocer la necesidad, contactó a pescadores del pueblo de Thyborøn, quienes donaron 450 toneladas de redes de arrastre fabricadas con nylon grueso, originalmente diseñadas para soportar toneladas de peces en mar abierto.
Estas redes, desechadas tras el Brexit por quedar inutilizadas debido a la pérdida de acceso a aguas británicas, se transformaron en un recurso vital para las tropas ucranianas. ¿Cómo? En el frente se colocan sobre posiciones fortificadas, vehículos blindados y rutas logísticas para interceptar drones y evitar ataques directos, incluso deteniendo drones con hélices activas o reduciendo el impacto de sus explosiones.
Solución ordinaria a una amenaza tecnológica. A medida que los drones dominan el campo de batalla, estas redes de bajo coste se han convertido en una defensa esencial contra amenazas cada vez más sofisticadas, como los guiados por fibra óptica que escapan a los sistemas tradicionales de interferencia electrónica. Pensemos que las redes pesadas no solo ofrecen protección física, sino que también son reutilizables incluso después de explosiones, y su eficacia ha impulsado una demanda creciente por parte de las unidades ucranianas.
Algunas brigadas han llegado a forrar árboles, túneles y vehículos con estas mallas, y se estima que cada unidad puede requerir entre 50 y 80 toneladas de red al mes. Rusia, por su parte, también ha comenzado a emplearlas con resultados variables. La necesidad es tan grande que el suministro actual apenas alcanza para cubrir la demanda, y muchos batallones siguen esperando entregas.
Del puerto danés al frente ucraniano. Contaban en Insider que Futtrup ha conseguido otras 600 toneladas de redes adicionales contactando a más puertos daneses, aunque el coste del transporte es elevado: cerca de 90.000 euros por el segundo envío, con cada camión cargando hasta 20 toneladas a un coste de unos 3.000 euros por viaje. Si bien las redes se han donado de forma gratuita, mantener la logística depende de financiamiento voluntario y apoyo gubernamental, por lo que Futtrup ha iniciado gestiones para obtener fondos en Dinamarca y Suecia.
El problema es que esta fuente de redes no es sostenible a largo plazo. Según el político danés Carsten Bach, las estrictas leyes ambientales del país exigen desechar o reciclar este tipo de equipos, lo que significa que no habrá una reserva continua. La mayoría de ellas eran almacenadas por pescadores con la esperanza de volver a faenar en aguas británicas, pero con el tiempo se vieron obligados a desprenderse de ellas.
Redefinir en la guerra. La organización sueca Operation Change, que colabora con brigadas en Ucrania, ha confirmado que las redes danesas ya están en uso por al menos 13 unidades, aunque advierte que el suministro es insuficiente. Con los accesos al mar Negro y al mar de Azov en gran parte bloqueados por fuerzas rusas, la importación es la única vía para conseguir más redes.
A este respecto, un comandante en la región de Donetsk señalaba que su batallón necesita tres cargas de camión (alrededor de 60 toneladas) cada mes, y que la instalación de una sola carga puede llevar de tres a cuatro días. Frente a esta demanda, Operation Change ya busca alternativas en organizaciones que limpian las costas suecas.
Impacto desde la simplicidad. Jennifer Kavanagh, experta del think tank Defense Priorities, destacaba este fenómeno como un ejemplo de cómo la guerra en Ucrania ha democratizado el combate moderno. Frente al tradicional enfoque de las potencias militares de invertir en tecnologías avanzadas, el caso de las redes de pesca demuestra que soluciones simples, baratas y disponibles pueden tener un impacto decisivo en el campo de batalla.
Parece claro que las redes no son una opción viable para todos los ejércitos, pero sí representan una lección estratégica sobre la necesidad de evaluar opciones menos complejas y costosas en futuras guerras. Mientras tanto, Futtrup continúa su esfuerzo personal por mantener el suministro. Su objetivo inmediato es asegurar 50.000 euros para sostener la cadena de transporte, y asegura que seguirá enviando redes mientras queden disponibles en Dinamarca. Para él, la distancia entre Copenhague y Ucrania no es excusa. “Ucrania es parte de Europa, y está a solo 1.250 kilómetros de aquí”, sostiene.
Su iniciativa no solo ha aportado una solución concreta en el frente, sino que también ha simbolizado cómo la solidaridad civil puede convertirse en un escudo vital en medio de la guerra más tecnológica de nuestra era.
Imagen | Carl Futtrup, Commander, U.S, GRID-Arendal
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Ucrania está capturando los drones de Rusia gracias a un escudo inesperado: las redes de pesca de un pueblo de Dinamarca
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Miguel Jorge
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