Hay granjas que tienen a más de 80.000 escorpiones en cautividad y una extraña misión: ordeñarlos

Hay granjas que tienen a más de 80.000 escorpiones en cautividad y una extraña misión: ordeñarlos

Las granjas de insectos parece que han llegado para quedarse. La Unión Europea quiere que empiecen a ser parte de nuestra dieta y hay países como España que se están poniendo las pilas. Un ejemplo es la planta de Tebrio en Salamanca, que será la mayor granja de gusanos de la harina. Pero, además de para producir comida, también criamos otros animales inusuales, como escorpiones.

En países como Egipto, México o China, los escorpiones se han convertido en un negocio. Y no sólo los crían: los ordeñan.

Veneno salvavidas. El escorpión es un animal que mola. Hay más de 2.000 especies, están por todo el mundo, excepto en la Antártida, y tienen características extraordinarias. El aguijón y las pinzas llaman la atención, pero tienen un exoesqueleto durísimo, pueden regular la cantidad de veneno que inyectan a voluntad, tienen una excelente visión nocturna, un gran control del metabolismo y aguantan la respiración casi una semana.

Vamos, llevan aquí 400 millones de años y son más viejos que los dinosaurios, por lo que se han tenido que adaptar a la fuerza a todo lo que les ha ido precediendo. Ahora bien, mucho menos de los que podemos pensar son peligrosos para los humanos. El veneno está ideado para la caza de sus presas y, de esas 2.000 especies, sólo entre 25 y 50 nos pondrían en peligro (y las picaduras de muchos de ellos no serían letales).

Granjas. Y es, precisamente, ese veneno el que nos interesa como especie. La cantidad de veneno que tienen unos pocos cientos de ejemplares sería insuficiente, por lo que se necesitan lugares en los que albergar miles de estos arácnidos. Y cuando hablo de miles… es miles. Nigeria es una potencia en la cría de escorpiones, pero también China, Tailandia, México o Egipto. En este país hay instalaciones con 80.000 ejemplares. Ochenta mil escorpiones, que se dice pronto.

Estas granjas requieren condiciones específicas para la crianza, con áreas adaptadas a la especie en la que se hayan especializado y un número de ejemplares que varía en función del objetivo. Así, las granjas se pueden usar para tener ejemplares que soltar y que nos ayuden a controlar plagas. Pueden ser parte de un laboratorio de investigación antiveneno o, directamente, una granja en la que los ordeñemos.

Ordeñando escorpiones. Ordeñar animales no tiene nada de raro, pero hay que reconocer que ordeñar escorpiones es algo que se sale de lo común. Lo que interesa es su veneno, y granjeros como Metin Orenler dan la clave en ABS Science para hacerlo: paciencia, pulso, valentía y un juego de pinzas con los que extraer el veneno.

El problema es que cada uno de sus escorpiones (Androctonus turtiyensis, en su caso) sólo produce dos miligramos de veneno al día. Es muy poco y es el motivo por el que estas granjas tienen decenas de miles de ejemplares. En el caso de la de Orenler, 20.000 escorpiones.

Oro líquido. Tras ordeñarlo, lo congelan en nitrógeno líquido, lo convierten en polvo y esta granja turca lo vende a Europa para investigación médica, pero hay otros países (sobre todo en Asia) que también están muy interesados en este polvo de veneno de escorpión. Y aquí es donde está la clave del asunto: el veneno de escorpión es el líquido más caro del mundo. ¿Cuánto? Orender afirma que diez millones el litro. Hace falta ordeñar mucho para llegar a esas cantidades, es evidente, pero aun así… ¿por qué se paga tantísimo?

Potencial. Por muchos motivos, realmente. Ya hemos hablado de la investigación, y en ABC, Volker Herzig, que es profesor en la Universidad de Sunshine Coast, comenta que los péptidos y proteínas, muy numerosos en el veneno del escorpión, pueden aislarse y analizarse para crear algo beneficioso para nosotros. Por ejemplo, para el control biológico de insectos y parásitos en la agricultura o en veterinaria, pero también para tratar enfermedades humanas.

Herzig explica que son compuestos potentes y muy específicos y que, si se consiguen combinar de la manera adecuada, pueden ser casi milagrosos. “Digamos que una proteína está hiperactiva en una enfermedad, por lo que si encuentras una toxina del veneno -de escorpión- que consiga bloquearla, se puede crear una medida para combatirla”. El investigador señala que han encontrado componentes con potencial para tratar la epilepsia, el colon irritable y hasta los ictus.

Dorothy Wai es investigadora en el Instituto de Ciencias Farmacéuticas de Monash y también estudia usos médicos del veneno. Y su investigación se centra en el tratamiento de enfermedades autoinmunes, como la esclerosis múltiple, gracias a una proteína llamada Kv1.3 presente en esta sustancia.

Siguiendo el rastro del veneno. El problema es que Herzig comenta también que, aunque ha recibido ofertas por parte de granjas para comprar veneno, rara vez compra porque “nunca puedes estar seguro del origen”. Es decir, si él necesita algo muy específico y le contactan desde India (algo que ha pasado), no sabe si realmente quieren vender el veneno por lo lucrativo que es o porque se trata del veneno concreto que necesita para su investigación.

“Creo que varios toxinólogos más han recibido ofertas similares”, señala, añadiendo que lo que ha decidido para hacerse con muestras es… viajar por Europa y ordeñar manualmente escorpiones criados por particulares. Asegura que hay “un gran movimiento en Europa de gente que cría arañas y escorpiones como mascotas”, y lo que realmente despierta mi curiosidad, y también un picorcito en la espalda, es la frase de “visitas a alguien y tiene 200 ejemplares en el sótano”.

Cosmética. Espera, ¿cuánto dinero para invertir tienen estos investigadores? La respuesta es que no son ellos los que se llevan el grueso de la producción, sino la industria de la cosmética, que añade veneno de escorpión o sus extractos a sus productos, así como empresas de medicina tradicional. Equipos como el de Herzig ya no recolectan veneno, pues cuando secuencian el ADN, no les hace falta más, pero para crear medicinas tradicionales no respaldadas por la evidencia científica o nuevos cosméticos, sí necesitas grandes cantidades.

Sobre esto, el investigador comenta que no sabe qué le ponen a esos productos y que sería cauto, ya que no hay pruebas científicas claras sobre el efecto de sus componentes. O si tienen efecto alguno. No es el único. Grupo Lifescozul se ha centrado en investigar las propiedades médicas del veneno del escorpión azul y afirma que, aunque la evidencia respalda la eficacia del veneno para ciertos usos, las redes sociales “promueven supuestos productos cosméticos para mejorar la apariencia de la piel”, asegurando que “no hay evidencia científica de que esta sustancia sea segura y efectiva para su uso en cremas, sprays o ungüentos para la piel”

«De hecho, no existe un solo artículo científico, publicado o no, que avale el uso del veneno del escorpión azul en la piel» – Grupo Lifescozul.

¿Vale la pena? Pero, claro, que un litro valga decenas de millones de dólares puede hacer que nos planteemos dar un volantazo a nuestra vida y nos pongamos a ordeñar escorpiones. Quizá no es una buena idea. “He oído hablar de muchas granjas de escorpiones que están surgiendo por todas partes, pero no sé si es un modelo de negocio viable”, comenta Herzig, quien asegura que no cree que haya tanta demanda para todos.

Pufo. Y algunas experiencias apuntan, directamente, a eso que señala Herzig. Esa posibilidad de ganar una millonada vendiendo veneno de escorpión es algo que ha seducido a algunos estos últimos años. En France 24 mencionan el caso de Mohammad Fallah, un joven iraní que cayó en el encanto de la cría de escorpiones. Compró 1.500 y ahora tiene 3.000, invirtiendo en el proceso casi 2.000 euros cuando el sueldo mínimo iraní es de menos de 1.000 euros al año.

«Aprendí todo lo que sé sobre la agricultura de escorpión de internet,  cómo criarlos, cómo alimentarlos, cómo ordeñar el veneno y almacenarlo  de la manera correcta» comenta. Continúa señalando que ha hecho dos gramos de veneno hasta ahora, peor tiene un problema: ha enviado decenas de mensajes a laboratorios y compañías farmacéuticas, pero nadie quiere comprar. También lo ha intentado dentro de Irán… y nada.

Y estafas. «Mi situación se está volviendo difícil, así que estoy considerando mis  opciones. Si nada cambia, liberaré algunos de los escorpiones en la  naturaleza, y venderé el resto a cualquiera que pueda quererlos», afirma Mohammad, y ese es uno de los grandes problemas de todo esto: sin salida, cuando quienes apuestan por ello ven que están perdiendo dinero constantemente, los sueltan, creando desequilibrios en la naturaleza.

Y el motivo por el que se embarcan en esta aventura incierta es por culpa de la publicidad falsa y mafias que hay tras ella. Ya hay quien se lucra vendiendo cursos que enseñan cómo criar estos animales para hacerse ricos vendiendo el veneno sin pararse a pensar que, si fuera un negocio tan lucrativo, serían los que dan los cursos quienes se aprovecharían de su sabiduría, no andarían compartiendo el secreto con los demás. Esto es algo común en muchos ámbitos ahora mismo.

Porque estas granjas son una realidad, sí, pero el mercado no es tan grande. Desde France 24 contactaron con Venomtech, una empresa de Reino Unido que ordeña escorpiones y que vende menos de un gramo por año, la mitad de la producción de Mohammad. Afirman que no sólo son los laboratorios fiables los que tienen una salida más sencilla, sino que las producciones desorbitadas de veneno por parte de quienes piensan que se harán ricos con su venta «demuestra que, realmente, no tienen ni idea del mercado del veneno».

Imagen | Interesting Engineering

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Hay granjas que tienen a más de 80.000 escorpiones en cautividad y una extraña misión: ordeñarlos

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por
Alejandro Alcolea

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