En la primera edición de los Óscar, casi le dan el premio de Mejor Actor a un perro. No ganó, pero lo que si logró fue sacar a un gran estudio de la quiebra
La industria del cine siempre ha buscado la mejor forma de innovar en sus producciones: pasó del blanco y negro y del mundo en silencio al sonoro con una velocidad sorprendente, así que lo que le quedaba por explorar lo hizo con actores algo fuera de lo común, uno de ellos una leyenda de cuatro patas que casi se lleva la estatuilla al mejor actor.
En los albores de la gala de los Academy Awards (la primera edición de los Óscar, celebrada en 1929), surgió una historia difícil de creer pero que se ha convertido en leyenda: la del perro actor Rin Tin Tin, cuyo impacto en el cine mudo de Hollywood fue tan grande que casi se alzaba con el premio al Mejor Actor, pero al mismo tiempo, ese mismo perro jugó un papel clave en rescatar a un estudio cinematográfico de la quiebra.
Rin Tin Tin era un pastor alemán descubierto por el capitán Lee Duncan durante la Primera Guerra Mundial y posteriormente entrenado para el cine, convirtiéndose en la gran estrella canina de la época. Según diversos artículos, en la gala de 1929 la mayoría de los votos para la categoría Mejor Actor habrían sido para Rin Tin Tin, aunque la organización finalmente entregó el galardón al actor Emil Jannings por sus papeles en ‘The Last Command’ y ‘The Way of All Flesh’.
El perro que salvó a Hollywood
Pero en la biografía del perrete superestrella no sólo figura su carrera al Óscar, sino que hay un capítulo aún más importante: su impacto económico. El estudio Warner Bros. atravesaba tiempos complicados en la década de 1920 y la contratación de Rin Tin Tin como estrella respondió a la necesidad de atraer al público masivo.
Fue entonces que entró en cuadro protagonizando la película ‘Where the North Begins’ en 1923, que rápidamente fue un éxito inesperado que ayudó a Warner Bros. a sostenerse. Así, la estrella de cuatro patas generaba toneladas de cartas de admiradores, enormes ingresos y campañas publicitarias que contribuyeron a que Warner Bros. siguiera operando en un momento en el que otros estudios menores podían estar en problemas.
Pero la historia de éxito dio un giro radical: como era de esperarse en aquella época, la explotación de los actores debido a los contratos por parte de los estudios sometió a Rin Tin Tin a cambios de ambientes constantes que le generaban estrés: pasó de ser resguardado en una perrera a ser controlado por los estudios con rutinas de ejercicio programados para que no se lastimara en sus escenas.
Después de ser libre de su último contrato, Lee Duncan, dueño de Rin Tin Tin, atravesaba una mala racha económica durante la década de 1930. Finalmente, el perro murió en 1932, una noticia que Estados Unidos recibió con gran pesar, tanto que la programación habitual de la radio se interrumpió para emitir un boletín informativo.
A pesar de su estatus de estrella, Rin Tin Tin fue sepultado en un ataúd en el patio trasero de la casa de Duncan en Club View Drive, en Los Ángeles. Poco después, cunado Duncan necesitaba vender la casa para conseguir dinero, los restos de Rin Tin Tin fueron devueltos a Francia para ser sepultado de nuevo en el Cimetière des Chiens et utres Animaux Domestiques, el famoso cementerio de mascotas de Asnières-sur-Seine, un suburbio de París.
La historia de este perro actor que protagonizó 26 películas será recordada en el mundo del cine con asombro: de cómo casi gana un Óscar y cómo ayudó a salvar un estudio de la quiebra, mismo que lo explotó al máximo mientras se convertía en una leyenda del entretenimiento.
Foto de Cheat Sheet
–
La noticia
En la primera edición de los Óscar, casi le dan el premio de Mejor Actor a un perro. No ganó, pero lo que si logró fue sacar a un gran estudio de la quiebra
fue publicada originalmente en
Espinof
por
Joel Calata
.
– ¡Hola! Soy Nicolás Jiménez Silva, un apasionado por el mundo digital, el cine, el streaming, la tecnología y la ciencia. En este blog, exploro mis intereses, comparto mis opiniones y descubrimientos, y me sumerjo en las últimas tendencias. ¡Espero que disfrutes de la lectura!

Publicar comentario