China necesita cardiólogos en una sociedad cada vez más envejecida. Su respuesta es una IA que «razona» como los mejores
820.000 personas. Esa es la cantidad de pacientes que el departamento de cardiología del Hospital Zhongshan atendió en 2024. Una cifra altísima para un país en el que faltan médicos y que ve que, cada cierto tiempo, sus hospitales se desbordan. Urge una mayor cobertura sanitaria, sobre todo para una población cada vez más envejecida, y la respuesta la han hallado en la inteligencia artificial.
En una IA cardióloga, concretamente, que se ha entrenado con una base de cientos de miles de personas y cuenta con todo el apoyo del Gobierno.
CardioMind. Ese es el nombre de la inteligencia artificial que ha sido desarrollada por el Hospital Zhongshan, la Universidad de Fudan y la Academia de Inteligencia artificial de Shanghái para la Ciencia. Se trata de un esfuerzo conjunto para crear una IA que, según ellos, sea capaz de razonar como sus mejores cardiólogos.
Ge Junbo es uno de esos destacados cardiólogos de la Academia China de Ciencias y comenta que están alimentando el sistema con datos, pero también le enseñan “a pensar como un cardiólogo experto de primer nivel”.
Copiloto. De este modo, CardioMind compara los historiales de los pacientes y los resultados de pruebas fundamentadas en investigaciones globales para generar sugerencias de diagnóstico. Y si estabas levantando una deja por la posibilidad de dejar la salud de tu corazón sobre la conciencia de una máquina, en la palabra “sugerencia” está la clave.
Según sus creadores, la idea no es que se sustituya a los doctores, sino que ayude a esos miembros de un sistema congestionado a trabajar más rápido y con mayor precisión. “Con su ayuda, nuestros médicos podrán atender más pacientes, reducir la carga de trabajo y mejorar tanto la calidad del diagnóstico como el tratamiento”, comentó el doctor.
Pilares. El secreto de la pizza está en la masa, en el caso de la IA, esa salsa especial es el entrenamiento. CardioMind es un sistema multimodal que puede analizar y procesar datos de diversas fuentes (electrocardiogramas, ultrasonido y resultados de laboratorio, por ejemplo) para proporcionar su diagnóstico, y es con lo que ha sido entrenada.
La fuente han sido cientos de miles de registros médicos que el departamento de cardiología del hospital tenía almacenados desde hacía décadas, aprendiendo en el proceso cómo piensan los médicos tanto en el diagnóstico como durante el tratamiento. Además de multimodal y muy entrenada, está especializada en una sola cosa: enfermedades cardiovasculares.
Total apoyo gubernamental. Y todo esto viene de la mano de propio Gobierno. China está invirtiendo fuerte en el desarrollo de inteligencias artificiales y, aunque en occidente sólo unas pocas como DeepSeek son las que llaman la atención, el país lleva años apostando por el desarrollo de estos sistemas para descongestionar varios organismos.
Y el de la medicina es fundamental. En enero de este año, y al margen de CardioMind, se estableció en Shanghái el primer centro de pruebas y verificación de grandes modelos de IA en el campo de la medicina. Sus campos serán la asistencia, predicción de enfermedades, tratamiento personalizado según el historial de cada paciente y el apoyo para desarrollar fármacos.
Necesario. Tal es ese impulso que varios hospitales ya tienen sus propias plataformas de IA, incluso algunas que combinan la medicina contemporánea y la tradicional. Y el motivo por el que se está impulsando este desarrollo tecnológico es el comentado anteriormente. La población cada vez es más vieja y faltan médicos.
Se estima que el país cuenta con 1,9 médicos por cada 1.000 habitantes y quieren tener 5,5 enfermeros por cada 1.000 personas para este año. En otros países, la media es demoledora. En España, por ejemplo, hay 6,21 médicos por cada 1.000 habitantes. En el caso de enfermeros, la cifra es de 7,12.
Retos. Ahora bien, pese a ese impulso gubernamental, hay tres elementos a tener en cuenta. Uno es el de la propia seguridad de los datos para garantizar la privacidad. En el caso de CardioMind, los responsables desarrollaron un cortafuegos con datos encriptados. Otros países están estudiando cómo aplicar la IA en cardiología y, precisamente, la fuga de datos y la ética es un punto que suele estar presente entre las preocupaciones.
La ética también juega un papel, ya que si pasa de sugerir a un rol más importante, habría que regularlo legalmente. De momento, o se encargan “sólo” del papeleo y registros o, si asisten en la toma de decisiones, la última palabra la tiene un humano.
Además, está la propia cuestión tecnológica. El desarrollo de estas inteligencias artificiales necesita servidores y potencia de cálculo. Es algo que China está solventando de formas más o menos polémicas comprando artículos que no deberían poder comprar debido a la guerra comercial con occidente, pero también usando soluciones desarrolladas en casa, como los chips de una Huawei que es la punta de lanza en el desarrollo de hardware para IA en el gigante asiático.
Imágenes | Huawei,
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China necesita cardiólogos en una sociedad cada vez más envejecida. Su respuesta es una IA que «razona» como los mejores
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Xataka
por
Alejandro Alcolea
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